25 agosto 2013

Buscando trabajo en EEUU: Tesla Motors II



En mi última entrada conté la historia de cómo había chafado miserablemente la pequeña prueba que me pidieron completar los de recursos humanos de Tesla Motors. Me dijeron que me contactarían en 2 ó 3 días y yo, que me esperaba una negativa rotunda, me quedé todavía más decepcionado cuando al cabo de más de una semana no me habían llamado todavía. Parecía evidente que no se iban a molestar a perder el tiempo conmigo...

Sin embardo, el hecho de que hubiesen elegido mi currículum de entre los miles que deben tener almacenados y que me llamasen para una oportunidad de trabajo como ingeniero de firmware en pruebas no era toda la suerte que me esperaba con Tesla. Tras 8 días de espera, y sin ninguna esperanza de que me llamasen de nuevo a esas alturas, recibí una llamada inesperada con un prefijo de Palo Alto, California. Sin andarse con muchos rodeos, una secretaria de Tesla Motors me pidió algunos detalles para coordinar la fecha y hora de una entrevista telefónica con el que sería el jefe del puesto como ingeniero que ya había dado por perdido. Yo, viendo cómo se las gastan y lo mucho que me hicieron esperar la última vez, les dije que cuanto antes mejor.

Parecía haber luz al final de mi túnel de entrevistas gracias a mi golpe de suerte. Licencia CC Wikimedia Commons

Antes de que tuviera tiempo de pensarlo dos veces, ya había colgado el teléfono tras concertar una entrevista para el día siguiente; casi inmediatamente me empezaron a surgir las dudas. ¿Y si me preguntan cosas similares al pequeño examen? Evidentemente, no podría haber hecho muy mal puesto que me habían llamado, pero estaba bastante convencido de que bien lo que se dice bien tampoco podría haber salido. ¡Tendría que haber retrasado la entrevista al menos una semana para poder ponerme al día en electrónica! Empecé a ojear la Wikipedia, revisé el examen que me habían dado para prepararme para preguntas similares, desempolvé un par de libros... En un par de horas, estaba completamente agobiado y cada vez con menos esperanzas de salir vivo después de la entrevista que me esperaba en menos de 24 horas. La paliza que me dieron mis amigos de Amazon iba a ser una pequeña riña entre churumbeles en comparación con lo que se me venía encima, y encontrar un trabajo en Tesla me importaba bastante más que todas mis anteriores entrevistas juntas.

Al final, decidí no estresarme y aceptar que yo no domino el campo de la electrónica como domino el de la programación. Al fin y al cabo, nunca había admitido ser un experto en el tema ni en mi currículum (recuerda, nunca mientas en tu currículum) ni en ninguna de las llamadas telefónicas. Lo mejor sería ser completamente honesto y mantener las expectativas bajas, tal vez sería capaz de responder alguna de las más básicas preguntas pero, fuera de mi especialidad, no creo que nadie se esperase que yo fuera capaz de demostrar conocimiento alguno. Por suerte, esos pensamientos me ayudaron a dormir un poco más tranquilo.

Ya, es la misma foto que en la anterior entrada, ¡¿pero has visto el coche?! Licencia CC Wikimedia Commons

A la mañana siguiente, exactamente un minuto más tarde de la hora fijada, recibí otra llamada de Palo Alto. Tras una brevísima introducción, mi entrevistador se excusó por haberme llamado tarde, lo cual me hizo pensar que estaba hablando con una persona muy meticulosa. Para mi sorpresa, empezó con unas cuantas preguntas más típicas de recursos humanos que de ingeniero jefe: Quién eres, cuál es tu experiencia, háblame de alguno de los proyectos que hayas realizado durante tu carrera... Después de charlar unos 20 minutos se me hizo un nudo en la garganta en cuanto dijo "muy bien, ahora vamos a revisar el pequeño examen que te pidieron hacer". Al parecer, el de recursos humanos nunca le envió mi examen o se debió perder en su bandeja de correo, así que me pidió que se lo reenviara a él directamente. De haberlo sabido, ¡habría pulido mis respuestas hasta la perfección durante todos esos días! Incluso antes de que comenzara a revisarlo, decidí cortar por lo sano y decirle que, con mi experiencia y mis credenciales, no tenía ni pajolera idea de electrónica. Sorprendentemente, y para mi grandísimo alivio, no pareció preocupado para nada en el tema. Procedió entonces a revisar tan sólo mis respuestas a las preguntas más orientadas a programación, las cuales fueron todas correctas excepto por una de ellas que había dejado parcialmente incompleta. En cuanto dijo que faltaba un pequeño detalle en mi respuesta sabía exactamente de qué estaba hablando, probablemente gracias a las muchas veces que revisé el examen el día anterior; sin muchos problemas le expliqué qué fallaba y qué hacía falta para solucionar el problema.

Aunque es fácil tener una idea general de cómo fue una entrevista, es difícil leer la mente del entrevistador. Por eso, por muy bien que me fuese una entrevista, los días de espera hasta que me llamaban de nuevo siempre eran bastante difíciles. Rompiendo la habitual tendencia de mis anteriores entrevistadores de darse unos días para deliberar el resultado de la entrevista, mi entrevistador me dijo que le había causado buena impresión y que me iban a mandar a California para una entrevista en persona. ¡No me lo podía creer! Y, además, me dejó muy tranquilo cuando me aseguró al final de la entrevista que no debía preocuparme por la electrónica, porque mi perfil les encajaba por otras habilidades. Sin lugar a dudas, tenía muchísimas ganas de ir a esa entrevista, y las expectativas me hacían ver mis fracasos con Amazon y Zappos como cosa del pasado.

La continuación de esta entrada puedes encontrarla aquí.

2 comentarios:

  1. Has cambiado una historia que parece dramática a un cuento con un final FELIZ jajajajajaj NECESITO MÁSSS!!! esto es adictivo Oscar!!!

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  2. ¿Al final qué pasó en la siguiente entrevista?Espero que tuvieras suerte y hoy puedas decir que estás trabajando allí!

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