21 marzo 2013

Buscando Trabajo en EEUU: Amazon III

Ésta es la tercera y penúltima parte de mi experiencia entrevistando con Amazon intentando conseguir trabajo para una posición de ingeniero de software. ¡Recomiendo leer la primera y la segunda parte antes!

Para mi sorpresa, un par de días después de mi segunda entrevista telefónica, Amazon me mandó un correo electrónico ofreciéndome una entrevista in situ en sus oficinas centrales de Seattle. Por desgracia, la invitación me llegó sólo unos días antes de las vacaciones de Navidad y yo ya había comprado mi billete para pasar las festividades en España, así que no pude concertar una cita hasta casi un mes más tarde. Como es habitual con este tipo de empresas líderes en el sector, todos los gastos del viaje serían pagados por Amazon, incluyendo billetes de avión, hotel, comidas y transporte una vez en Seattle... ¡Todo un lujo!

Dije antes que me sorprendió llegar a la entrevista in situ pero no porque hiciese mal en mis dos entrevistas telefónicas, sino porque habitualmente la mayoría de los candidatos tienen que pasar tres o incluso cuatro entrevistas por teléfono antes de recibir la invitación para ir al estado de Washington. A punto de regresar a EEUU, aproximadamente una semana antes de mi entrevista, decidí que sería una buena idea buscar algo de consejo y leer las experiencias de otros en lo relativo a entrevistar con el gigante del comercio electrónico, y encontré algunas historias de terror que me quitaron el sueño. En algunos sitios declaran conseguir un trabajo en Amazon como una misión imposible, y eso no se aleja mucho de la realidad puesto que fue reconocida como una de las empresas en la que es más difícil conseguir una oferta por uno de los más prestigiosos portales dedicados a la búsqueda de trabajo. Si me permitís, os voy a dar un pequeño adelanto y voy a confirmar que sí, las entrevistas de trabajo en Amazon son chungas de narices.

Indumentaria recomendada para una entrevista en Amazon. Licencia CC Wikimedia Commons

Más que estar preparado para la guerra, yo había prácticamente aceptado ya mi derrota. Las pocas historias de éxito que encontré ponían tremendo énfasis en la grandísima preparación previa a la entrevista (algunos incluso lo comparaban con una tesis doctoral). Aunque había decidido relajarme y al menos disfrutar de la experiencia, el día antes de volar a Estados Unidos cambié drásticamente de opinión y llegué a la conclusión de que, si tenía la grandísima oportunidad de entrevistar con una empresa como Amazon, ¡lo mínimo que podía hacer era intentar hacerlo lo mejor posible! Recopilé una buena lista de preguntas típicas de una entrevista como ingeniero de software y la imprimí en papel para llevármela conmigo en el avión, y aquí viene uno de los más importantes consejos para este tipo de entrevistas: Practica, practica, practica. Pero con practicar no basta, hazlo de la manera más realista posible. En una entrevista no te van a dar un editor de texto con coloreado de texto y autocompletado de código, te van a dar una pizarra y una porquería de rotuladores. Aunque tengo una pizarra de tamaño mediano que a veces utilizo para ordenar las ideas iniciales del desarrollo de algún prototipo, no fui tan lejos como para usarla para practicar para la entrevista. En su lugar utilicé bolígrafo y papel normal y corriente que se me acabó, así que terminé escribiendo en los márgenes de las revistas con los anuncios raros que ponen junto a los panfletos con los protocolos de seguridad y demás.

Debo admitir que el tiempo pasó volando gracias a la gran concentración que requiere escribir código, y estuve "estudiando" prácticamente las 9 horas de vuelo intercontinental. Estoy convencido de que la gente sentada cerca mío pensaba que padecería algún trastorno relacionado con el autismo o que era extremadamente antisocial, pero a decir verdad apenas tengo recuerdo alguno de ese vuelo. Sin embargo, mi trabajo no fue en vano, puesto que para cuando aterrizamos en el aeropuerto internacional de Atlanta era capaz de escribir una implementación de árboles binarios incluyendo todos los métodos necesarios en apenas 4 ó 5 minutos tanto en C como en Java. Si hubiese tenido ese nivel de práctica cuando estaba entrevistando con Zappos habría conseguido el trabajo con total seguridad, pero por desgracia no me había tomado la preparación previa a las entrevistas lo suficientemente en serio hasta entonces.

Incluso cuando tienes un ordenador delante, escribir en papel puede ser útil. Licencia CC Wikimedia Commons

Tras unos días de preparación a tope en los que me pasé programando a papel y boli durante incontables horas, casi hasta soñaba en binario y podía implementar la mayoría de las estructuras de datos más conocidas y casi todos los algoritmos relacionados con ellas. Presté especial atención a estructuras de datos y algoritmos que tenían importancia para el concepto de escalabilidad, puesto que Amazon es una empresa que trabaja con muchos millones de clientes y todavía más elementos de logística; siendo honesto, me sentía muy preparado aunque para nada confiado. Era consciente de que mis posibilidades eran pequeñas pero también sabía que la inmensa mayoría de los aspirantes no llegan lo suficientemente lejos como para tener la oportunidad de ir a una entrevista in situ.

Al fin llegó la hora de viajar a Seattle, que está a aproximadamente 3.300 km de, por aquel entonces, mi lugar de residencia, lo cual debería transmitir la inmensidad de territorio cubierto bajo la bandera americana. El vuelo, como dije antes, fue pagado en su totalidad por los chicos de Amazon, durante el cual continué practicando a escribir código en papel. La mujer que estaba sentada a mi lado me estuvo mirando raro casi todo el vuelo, hasta que al final me preguntó si lo que escribía eran "programas para ordenadores". Aunque intenté explicarle que lo que yo escribía no iba a acabar en ningún ordenador, fue completamente inútil, pero cuando le dije que iba a entrevistar con Amazon me contó que ella trabajaba en el, si no recuerdo mal, Seattle Times, un prestigioso periódico cuyas oficinas centrales estaban localizadas muy cerca de las de Amazon. Según ella, me iban a contratar seguro después de ver lo mucho que había practicado durante el vuelo y especialmente "en estos tiempos" en los que no paran de contratar como locos. Desgraciadamente, la realidad respecto a conseguir un trabajo con el gigante del comercio electrónico distaba bastante de la imagen que tenía la señora en su mente.

Después de un breve viaje en taxi (pagado por Amazon) llegué al increíblemente lujoso hotel en el corazón de Seattle. Ése fue, sin duda, uno de los más pomposos hoteles en los que he pasado una noche en mi vida. Tenía el resto de la tarde y gran parte de la mañana siguiente para relajarme durante las horas previas a mi entrevista, aunque debo admitir que, por primera vez en mucho tiempo, estaba algo nervioso... ¡Hablaré del resto de la entrevista en la última entrada de esta serie próximamente!

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