11 febrero 2013

Los piratas lógicos

El señor Morcillo pronto se dio cuenta de que eso de vivir en Guinea Ecuatorial no era tan buena idea como le pareció al principio. Hacía demasiado calor y, además, el español que hablaba allí la gente le resultó más bien extraño. Por suerte para el señor Morcillo, visitando el mercado local encontró a un grupo de pescadores con rumbo a la península ibérica, ¡podría volver a casa con ellos! Y sólo le pedían a cambio 100 monedas. Una vez entregado el dinero, se embarcó en el pequeño bote con destino a España. Desgraciadamente, la suerte no estuvo de su lado por mucho tiempo y, apenas unas horas después de comenzar el viaje, fueron abordados por piratas. Puesto que la tripulación estaba compuesta por un pequeño grupo de humildes pescadores no había mucho que los temibles piratas pudieran saquear pero, cuando encontraron la pequeña bolsa de tela que contenía las monedas, la situación cambió drásticamente.

Uno de los piratas que abordaron el pequeño bote de los pescadores

Aunque el señor Morcillo se esperaba que los piratas fueran irracionalmente salvajes, puesto que él y sus amigos pescadores fueron hechos prisioneros y maniatados, estos le demostraron ser capaces de un gran uso de la razón. Él era incapaz de entender lo que los piratas decían pero uno de los pescadores le iba traduciendo mientras ellos decidían qué hacer con las monedas. Al parecer, los 5 piratas habían decidido repartirse el tesoro de una manera muy peculiar, el procedimiento era:

  1. El pirata de mayor rango haría una proposición para el reparto de las monedas, y entonces todos los piratas votarían a favor o en contra del reparto (incluido el pirata que hace la proposición).
  2. Si la votación resulta en una mayoría (50% o más de los votos) aceptando el reparto, se reparten las monedas y se acabó la historia.
  3. Si el número de piratas que aceptan el reparto es menos de la mitad, el pirata que propuso el reparto será arrojado por la borda y el siguiente pirata hará una nueva proposición hasta que se acepte el reparto (vuelta al paso 1) o no queden más piratas.



Evidentemente, todas las monedas eran del mismo valor y no se podían romper ni dividir en partes. Los piratas podrían hablar entre ellos pero, puesto que son piratas, no podrían confiar los unos en los otros. Además, no había 2 piratas que fueran del mismo rango, es decir, cada pirata tenía un rango distinto al de todos los demás.

Como eran 5 los piratas, su amigo el traductor rápidamente le dijo al señor Morcillo que, evidentemente, varios iban a ser arrojados por la borda y, tal vez, serían capaces de luchar contra el resto de sus captores puesto que les superarían en número. Sin embargo, el señor Morcillo no estaba tan seguro de ello. De hecho, el señor Morcillo sabía que, si los piratas hacían un buen uso de la lógica, sólo había 3 maneras posibles de repartirse las monedas (dando por supuesto que ninguno de los piratas quería ser arrojado por la borda y que todos querían maximizar el número de monedas en su propiedad). Si tenéis curiosidad por saber cómo el señor Morcillo fue capaz de adivinar el reparto, puedes verlo aquí, ¡pero os recomiendo que intentéis sacarlo por vuestra cuenta!

No hay comentarios:

Publicar un comentario